Cada camino que escogemos nos conduce inexorablemente a la pérdida de otros, de tantos otros que quisimos abarcar; es posible que el sugerente juego de la elección nos seduzca, en otros casos nos asuste, hasta nos embriague y nos dejemos llevar, y aun en esos casos habremos tomado una alternativa nueva.
En cualquier caso, amigos, en la vida hay que elegir y éso no es fácil, nos cuesta soltar, somos animales de costumbres, de arraigos, de climas, atmósferas, de cuentos al abrigo de la chimenea en tardes copiosas de noviembre, de palomitas de maíz y coca-cola pegadas a sonrisas en la butaca de cualquier cine, de anillos solapados por deseos que se esfumaron, de pandillas alienantes, de números fijos, de bolisbic, de Ikea y programas del Cuore.
Empiezo este nuevo blog -cuya plantilla me encanta- con la sana propuesta de elegir, de decidir de manera concienzuda, sin por ello dejarme sorprender por todo lo nuevo que arrecie cada amanecer, con la sana intención de seguir aprendiendo, y sobre todo para no perder jamás mi capacidad de asombro, la manera más sabia que conozco de seguir en la brecha, esa llama que ilumina, motiva y anima a seguir dando minúsculos pasos, pero siempre en pro de una quimera. Quimera que como tantos otros soñadores -utópicos seres- creyeron ver antes de su realización, en la facultad más potente: En la Imaginación.
Capitana Beatrice
